algo más que manzanas

Pero bueno, ¡cuanto tiempo! Hemos vuelto para hablaros de una marca que a pesar de que solo se dedica a las manzanas, es de las marcas más conocidas de fruta. Aunque, como ya sabes pequeño acabose, eso no es muy difícil porque, detente a pensar en marcas asociadas a la fruta... (¿ninguna?, venga cierra los ojos, ¡alguna sabrás!) A ver que adivino las que has pensado: plátano de Canarias, kiwi Zespri y, ¿sandías Fashion? Todas ellas conocidas por mantener una gran estrategia en comunicación y diferenciación. Seguro que algunx de vosotrxs ha pensado en las manzanas Pink Lady, ¡bingo! porque en este post os vamos a hablar de ellas.

Ser una marca reconocida y única no es fácil, pero el organismo que gestiona y posee la propiedad intelectual de la variedad de manzanas Cripps Pink (registrada como Pink Lady), lo tiene claro: Hace todo lo posible para posicionarse como una marca comprometida, construyendo de esta forma una diferenciación duradera e indestructible en más de 50 países.

La importancia que otorgan a sus productores, agricultores etc. es un aspecto crucial para la activación de la marca. Propietarios/as de viveros, productores/as, empaquetadores/as y distribuidores/as son tratados como verdaderos artesanos manteniendo para ellos una remuneración justa. Además, se genera una cadena de comunicación entre los colectivos mencionados promoviendo así una cadena de producción de valor y unida.

Destacando como marca que presenta una gran igualdad entre intereses propios y los de productores, distribuidores, consumidores etc. el año pasado presentó su carta de compromisos dando un paso más en sus valores. Los compromisos de Pink Lady se cimientan en el respeto por el planeta y las personas, incorporando en sus objetivos empresariales, los Objetivos de Desarrollo Sostenible, yendo más allá de la excelencia empresarial. A través de la declaración de la Carta de compromisos, la marca gana mayor seguridad en los consumidores.

Si bien, hay muchos puntos interesantes, uno de los que comentaremos será su programa Bee Pink (presente en todas las páginas corporativas de los diferentes países). La iniciativa nace para difundir buenas prácticas en el cultivo para una mayor protección de las abejas, se pone en marcha puesto que sin ellas las Pink Lady no existirían (bueno, ni nosotros...). La organización conoce perfectamente la importancia de la polinización (esta significa casi el 80% de la sostenibilidad de las frutas) y deciden hacerla de forma natural teniendo presente el cuidado de las abejas los 365 días del año. Bee Pink establece un contacto directo con los productores para ofrecerle todas aquellas herramientas necesarias para una producción ideal con el medio ambiente y una sensibilización con este. Pink Lady tiene como objetivo convertir al productor en aliado de las abejas, ya que son unas compañeras de trabajo más, para ello la producción se hace mano a mano con apicultores.

Además con dicha iniciativa Pink Lady, también fomenta la biodiversidad y la tierra sin explotar, puesto que la presencia de estas significan alimento y hogar para las abejas. La ONU hace dos años puso a las abejas en el foco de las especies en peligro de extinción, una de las causas es la desaparición de los hábitats naturales. Pink Lady acude al rescate de las más humildes trabajadoras de mano de sus preciados trabajadores manteniendo el equilibrio de la biodiversidad en sus campos.

Ser única, reconocida y diferenciada va más allá del marketing o de la imagen, se trata de demostrar una continuada y verdadera responsabilidad ambiental, social y económica. Se trata de, además de generar valor económico y social, hacerlo de forma coherente con la sociedad.